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Este lugar, se puso en mi camino de una forma tan “casual” que da que pensar, y en cuanto entré, se torno irresistible. Sentí que ese era el lugar.
Maravillosos ventanales al parque San Francisco, por donde entra el sol del mediodía lleno de alegría y donde la cálida y rojiza luz del atardecer atraviesa el centro de pared a pared, invitando al recogimiento.
Un lugar donde he tratado ubicar cada espacio acogedor, para que vengas cada vez que creas puede ayudarte. A practicar Yoga o simplemente a darte un respiro.
Sea como sea, ven a conocerlo. Y ya sabes que aquí te espera tu clase gratis, después ya decidirás.
Marina Menéndez
Me forme como “Yogui Siromani”, en la escuela Sivananda de Yoga Vedanta, en su Ashram en Brasil, de la mano de Kanti Devi y Swuami Premananda. Certificado internacional, reconocido por la Yoga Alliance. Cuyo lema “SIRVE, AMA, DA, PURIFICATE, MEDITA Y REALIZATE” es esencia de mi caminar por la vida desde entonces y cimiento de este proyecto.
Muchas vivencias y personas me ayudaron a llegar hasta aquí, por lo que mi gratitud hacia cada una de ellas es inmensa. Algunas fueron consecuencia del discurrir de mi propia vida personal y profesional, otras más vinculadas a la práctica del yoga y todo lo que conlleva. Maestros, lugares, trabajo personal, estudio y escucha. Todo unido a una intensa vocación, circunstancia que me inspiró a la hora de poner un nombre al centro.
Gracias desde lo más profundo de mi ser al Maestro Alcibiades Papacotas, cuyo intensivo de 3 meses de Yoga Santosha (contentamiento) abrió mi cuerpo, mi curiosidad y mi corazón al Yoga.
Muchas palabras de Nick y Katia, aún resuenan en mi interior. Me enseñaron el respeto a la tradición, la importancia de la práctica constante y los auténticos efectos sanadores del yoga a todos los niveles. Maestros que siempre llevaré en mi corazón, aunque la vida los haya llevado a enseñar lejos de Asturias.
Como estudiante de Lotta Bertilsson, entendí la forma más generosa e incondicional de trasmitir el yoga. Dar sin esperar. Una humildad, que a mis ojos la hace grande. Gracias Maestra.A todos los compañeros del Ashram de Brasil, con quienes compartí una vivencia intensa y trasformadora y me enseñaron muchísimas cosas bellas.
Fue un regalo de la vida al llegar de Brasil con mi flamante título, continuar mi formación con Tomas Zorzo, Rama me enseñó a poner en práctica mi vocación, confiándome algunos grupos como profesora de Yoga Integral o como asistente, y enseñándome muchas cosas. Infinita gratitud hacia el Centro de Ashtanga Yoga donde tanto aprendí de cada estudiante. Infinita gratitud hacia su Maestro, que me permitió crecer a su lado en Santander, Lisboa, Cáceres, Zamora, Ávila… y luego me permitió silenciosamente volar sola.